Gran papel de los chicos de Manolo Bazán, que por segundo año consecutivo caen en la final ante el Real Madrid.
El Unicaja, por segundo año consecutivo, se proclama subcampeón de la Minicopa Endesa tras caer en la final ante el Real Madrid por 60 a 83. Pese al resultado, el conjunto malagueño combatió hasta el último segundo y se lo puso complicado a un Real Madrid que tuvo a Kareem Queeley (jugador invitado para disputar este torneo) como el jugador determinante, MVP de la Minicopa con 36 puntos y 43 de valoración en la final.
La gran final de la Minicopa Endesa comenzó con un el equipo madridista muy entonado, con un parcial de 0a 7 que avisaba de lo que podría ser el partido. La superioridad física de los jugadores del Real Madrid era grande, pero el carácter de los jugadores malagueños no iba a permitir que la gran final de la Minicopa fuese fácil para su rival. Con Gody Nnaemeka controlado por los pívots del Real Madrid, en el Unicaja tomó la responsabilidad Lucas Muñoz, que penetrando sacaba ventaja para asistir o anotar. Así, el resultado al final del primer cuarto fue de 12 a 24 para el Real Madrid.
En el segundo cuarto el Unicaja se quitó todos los nervios, y eso que las tres faltas de Nnaemeka hicieron que Manolo Bazán no contara con él en estos minutos. Los malagueños, con la dupla exterior Montiel-Muñoz repartiendo y anotando, realizó grandes minutos que le permitieron acercarse en el marcador por debajo de los 10 puntos en varias ocasiones, aunque finalmente al descanso el partido se mantenía en los 12 de ventaja para el Real Madrid (32-44).
El juego malagueño, más colectivo, no tenía demasiado que ver con el de su rival, que estaba en manos de Kareem Queeley, jugaddor de grandísimo talento que hizo disfrutar a los asistentes al Centro Insular de Deportes.
En el tercer cuarto el Unicaja contó con la presencia de Gody Nnaemeka, más tranquilo tras un primer tiempo que por las faltas no pudo ayudar en la pista. Con él se controló mejor a los pívots poderosos del Real Madrid, tanto en el rebote defensivo como en algunos ofensivos. Además, los jugadores malagueños veían como poco a poco se acercaban en el marcador, llegando a estar 46 a 53. Parecía que el Unicaja sería el único equipo que iba a plantar cara a este Real Madrid que había arrasado en todos los partidos.
Pero a pesar de la lucha e insistencia, finalmente fue determinante la presencia del invitado Kareem Queeley, sobre todo cuando además Muñoz del Unicaja cometió su quinta falta. Al final derrota del Unicaja por 60 a 83, marcador que no refleja la grandísima final realizada todos los jugadores que cada día entrena en Los Guindos Manolo Bazán.
Dpto. Prensa Unicaja