Robert Horry ha llegado a Málaga de mano de BBVA, patrocinador de la NBA. Antes de su encuentro con los medios, Horry ha visitado a la Asociación Síndrome de Down Málaga y el Colegio Los Olivos. El baloncestista estadounidense ha estado con alumnos del colegio malagueño, a los que aconsejó que "trabajen duro" para que "consigan sus sueños", ya que, recordó que cuando su hermano le animó a que jugara al baloncesto "era patoso y descoordinado y trabajé duro".

En su estancia en Málaga, Horry llevará a cabo algunos entrenamientos con niños. El jugador estadounidense no conocía nada de la ciudad, pero sus ganas de hacerlo eran muchas. "No sabía nada de Málaga, pero me crié en una ciudad de Alabama que se llama Andalusia, y la primera vez que oí hablar de Andalucía en la televisión me interesé por como era la región con muchas ganas de conocerla", dijo el ex jugador. Horry ha respondido a las cuestiones sobre su estado físico. "Sigo en forma, mi corazón sigue siendo el de un deportista. Ahora juego media hora a un nivel duro, no tanto como antes, pero sigo jugando y me mantengo en forma", explicó. También ha desvelado su gusto por la comida. "Juego al baloncesto para poder comer", manifestó, contando que había cenado en un bar de tapas y que sus platos españoles favoritos son la paella y el gazpacho.

A sus 46 años, la ex estrella de la NBA, es uno de los más laureados de la liga americana, ya que posee siete anillos. Ganó dos campeonatos con los Rockets y los Spurs, y tres con los Lakers. Horry defendió que se queda con estos últimos, donde jugó junto a jugadores como Kobe Bryant y Saquille O'Neal y que, según afirmó, "fue el mejor". Curiosamente, Horry no está en el Salón de la Fama, una de las grandes ausencias, junto a otros jugadores míticos como Webber, Wallace, Divac o Kemp.

La Opinión de Málaga - Carmen Pérez