Turquía había jugado la final de los dos grandes campeonatos disputados en Estambul en este Siglo XXI: el Mundial de 2010 y el EuroBasket 2001. En esta ocasión no será así, pero Turquía ha planteado este domingo el partido que necesitaba para poder ganar a España: un encuentro tenso, trabado, impidiendo canastas fáciles de los pívots españoles, y manteniendo en tensión a su afición hasta los últimos segundos.
Scariolo tenía claro que había que controlar las pérdidas de balón (9 al final del encuentro; sólo 2 al descanso) y los nervios.
También eran previsibles importantes rachas anotadoras (aunque fue
Korkmaz en vez de
Osman el gran protagonista), que tenían que ser contrarrestadas por los exteriores españoles. Y apareció Navarro en un momento importante antes del descanso,
Sergio Rodríguez tanto en el segundo como en el tercer cuarto, y un
Ricky Rubio excelso en los minutos finales. De todos modos, anotaron los diez jugadores que saltaron a pista, con cuatro de ellos por encima de los diez puntos (
Ricky, Sergio y los hermanos
Gasol); lo que demuestra la variedad de recursos ofensivos de este equipo. España había perdido con Turquía en los EuroBasket de 2001, 2009 y 2011, pero la tendencia ha girado en los dos últimos campeonatos.
El primer cuarto empezó con un triple de
Ricky, con esa mentalidad del base del Masnou de demostrar desde el inicio que puede anotar con facilidad.
San Emeterio defendía a
Cedi Osman, la estrella local, mientras que los turcos se cerraban para evitar canastas fáciles de los hermanos Gasol. Una defensa muy intensa que llevó a Sanli al banco con tres personales en los primeros minutos. España dominaba (10-6, min 6) y
Ufuk Sarica sacó un quinteto con cuatro exteriores para poner en dificultades a la defensa española. Un triple de
Sergio Rodiguez dio aire a España y con una canasta de
Oriola después de rebote ofensivo ponía el 19-10 con 7 jugadores españoles
que ya habían visto aro tras 10 minutos de juego.
El segundo cuarto comenzó con canasta de
Pau Gasol y con
Osman en el banquillo sin anotar un solo punto.
Sastre aportaba esa intensidad defensiva que impedía que Turquía se enganchase al partido desde el triple, pero apareció la figura de
Korkmaz. El público del Sinam Erdem enloquecía con poquito que aportaba Turquía, y mantenía la tensión del partido, con una España menos acertada que en otros partidos. Primer partido de ‘win or go home’ y primeras tensiones: técnica al banquillo de Turquía y algunos jugadores otomanos intentando que los pívots españoles perdieran los nervios. Los primeros puntos de Osman pusieron el marcador más estrecho (29-25), pero en esos momentos importantes aparecieron
Sergio Rodríguez y Juan Carlos Navarro para anotar dos canastas importantes que colocaban el 33-25 antes de pasar por los vestuarios.
Las dos grandes ideas del seleccionador eran las pérdidas de balón (controladas durante el primer tiempo) y el control de los nervios. España salió espesa, con una Turquía muy intensa.
Osman anotaba los primeros puntos, contrarrestados por un contraataque de
Fernando San Emeterio. Turquía necesita más tensión a falta de talento y llegó la segunda técnica al banquillo en un nuevo intento de presión al arbitraje. Costaba anotar y algunas decisiones provocaban más diálogo con los árbitros que juego en pista. La zona press impedía un ataque fluido y el marcador se puso en 46-43. Un triple de 8 metros de
Sergio Rodríguez sobre la bocina ponía el 49-43 y calmaba, ligeramente, los ánimos rivales.
El último cuarto comenzó con triple de
Juancho y con
Scariolo colocando dos bases en pista para evitar la presión. Dos tiros libres ponían el +11 (56-45) después de bastante tiempo. Turquía no bajaba los brazos con Korkmaz haciendo de Osman y poniendo el 56-50. Pero con
Sergio amenazando desde el puesto de escolta,
Ricky Rubio se encontró más liberado para sentenciar el partido con dos triples muy importantes. España llega así a su decimosegundos cuartos de final consecutivos (no falla desde 1989) y tendrá a Alemania como el siguiente rival que peleará un puesto en semifinales.