Entrevista al seleccionador andaluz cadete masculino

Rafael Sanz Armada, será el encargado de dirigir a la selección andaluza cadete masculina en el próximo Campeonato de España de Selecciones Autonómicas, que se celebra del 03 al 07 de enero en la localidad castellano leonesa de Valladolid.


Tras varias semanas de trabajo con la selección andaluza cadete masculina, ¿Cómo ves al equipo de cara al Campeonato de España de Selecciones Autonómicas de Valladolid a un mes vista?

Un entrenador siempre tiene la sensación de faltarle tiempo. Hay que adaptarse, más vale poco y bien que mucho y mal. Vamos a llegar bien, tenemos físico, nos falta leer mejor y defender más. Desde ahí creceremos.
 
¿Qué destacarías como más positivo y negativo en esta fase de preparación?

Lo positivo es el esfuerzo y la ilusión que mucha gente tiene en esta historia. Tras una semana dura, verte en domingo para hacer dos sesiones de entrenamiento no está al alcance de cualquiera. Lo negativo es la mentalidad All-Star que algunos tienen de esto, alimentada por algún entorno negativo. Percibo que la selección se echa de menos cuando no se está y pasan los años. Hay que aprovechar mejor el día a día de esto.
 
¿A nivel individual y colectivo como ves al grupo de jugadores andaluces de esta generación?

Veo un muy buen nivel. Nosotros vivimos del buen trabajo de los chavales y de sus clubes, y creo hay un nivel alto. No tenemos que creernos nada de antemano, pero podemos estar entre los mejores.

 
¿Para ti en este tipo de Campeonatos que es lo más importante que deben ofrecer los jugadores que componen la selección?

La adaptación a entornos diferentes, métodos distintos, roles que no son los de sus clubes. Adaptarse y sacrificarse. Dos conceptos indispensables para el éxito.
 
¿Por último que valoración nos harías de este tipo de Campeonatos? Y ¿qué papel crees que debe tener la selección andaluza en el mismo?

Es positivo porque prepara a los chavales para el futuro, los pone en máxima exigencia en poco tiempo y es además una experiencia de vida. La competición no nos puede hacer perder los principios, el fin no justifica los medios. Nosotros tenemos dos: entrenar y escuchar. Ni más ni menos. Desde ahí soñamos con una medalla.